PR 8 16.12.2010 / NOELIA ORTS
Últimamente he oído decir que los periodistas son una panda de mentirosos, que sólo dicen tonterías o que tergiversan la realidad a su antojo, muchos de esos a los que se refieren como periodistas ni siquiera lo son, en el caso televisivo se les suele llamar colaboradores, a otros sería mejor llamarlos payasos, sin embargo no pretendo desviarme del tema principal.
Tengo la impresión de que en el S.XXI la profesión de periodismo es considerada por una parte de la población como un chiste, pero si los periodistas ya tienen complicado sobrevivir entre tanto intrusismo laboral, pseudo profesionales y otro tipo de virus, si además de ello nos ponemos la zancadilla entre los de nuestro gremio no queda nada.
Stephen Glass es un claro ejemplo del tipo de virus al que me refiero, se trató en su momento de un prestigioso ‘periodista’ que trabajó para la revista norteamericana The New Republic, tiempo después se descubrió que la mitad de sus artículos eran completamente falsos, sin embargo citas, fuentes y acontecimientos se convirtieron en otras de las víctimas que este ingenioso y joven fabulador dejó a su paso en el mundo del periodismo.
Elementos como este, o como Jayson Blair no hacen ningún favor a nuestra profesión. Blair trabajó como redactor para el New York Times y durante cuatro años se dedicó a plagiar e inventar.
Quiero creer que Glass, en su momento, no pensó en el precio que acabaría pagando debido a sus artes creativas, aunque tal vez me equivoque al hacer tal suposición. Stephen Glass posiblemente tan sólo buscó en aquella época un poco de fama gracias a sus ‘fantásticos’ artículos; ¿mi conclusión? La consiguió. En El precio de la verdad, film que se estrenó en el año 2003, se narraron sus aventuras y desventuras, en él además se logró reflejar la cara oculta de Glass.
Si no existieron fuentes reales, no existieron citas ni tampoco historias, yo me pregunto ¿que tenían de periodismo sus escritos?
Para finalizar citaré una breve y obvia definición acerca del periodismo: «El periodismo es una actividad que consiste en recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información relativa a la actualidad. Para obtener dicha información, el periodista debe recurrir obligatoriamente a fuentes verificables o a su propio testimonio.»
Esperemos que esta definición se mantenga como tal por muchos años.