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PR 7/NAIARA CABAÑERO

Si tuviéramos que diferenciar entre sí los conceptos de periodismo y literatura caeríamos en un debate amplio para defender uno u otro. Esto mismo es lo que se expuso en la I Jornada de Periodismo y Literatura en la UMH. En ella participaron entre otros, los periodistas Antonio Lucas y Arcadi Espada.

Antonio Lucas,  periodista y articulista del periódico El Mundo, habló principalmente del periodismo cultural, refiriéndose al mismo no sólo como noticias relacionadas con la cultura sino también “ un compromiso del periodista con un estilo de contar las cosas y el cuidado a la hora de contarlas”. La objetividad no es una característica del periodismo, o al menos así es como lo ve Lucas, ya  que tanto en un reportaje como en una noticia “siempre estará la perspectiva de quien escribe. Es imposible no involucrarse”.

Otra de las cosas que quiso dejar claras es el tema de Internet y la irrupción de lo digital en la sociedad. Aunque Twitter se podría ver como una fuente de trabajo, el periodista de El Mundo no cree en las nuevas tecnologías como el futuro del periodismo, pues no las ve como tal; “tanto Twitter como Facebook no es periodismo, al igual que el periodismo ciudadano tampoco lo es”.

Haciendo referencia al periodismo en sí, Antonio Lucas, tachó a las personas que aún hoy en día creen que el periodismo se basa en la compasión y el sensacionalismo, afirmando el gran número de contradicciones que conlleva este oficio: “el periodismo nunca tiene que  ser autocompasivo, sino un servicio que rinde hacia los otros. Debemos intentar mostrar esa otra parte de la realidad a la que no tenemos acceso”. Por otro lado, defendió el verdadero periodismo que “se consigue con una fuente, una exclusiva o una gran declaración que ilumina una parte de la sociedad que nos afecta a todos”. De ahí que tengamos que ir más allá de las cosas (verdadera labor del periodista) y actuar como la altavocía de la gente. El periodismo es un oficio en el que el periodista siempre tiene algo que contar y ganas de hacerlo, por lo que necesita hacer preguntas. A todo esto añadió el trabajo de Wikileaks con el que está seguro de que “el periodismo tiene mucho camino por delante”.

Después de la ponencia de Antonio Lucas, hizo su aparición el periodista catalán Arcadi Espada.

Considerado como uno de los mejores periodistas de España, Arcadi Espada, además de trabajar también en el diario El Mundo, es profesor de la Universidad de Barcelona. Es un gran entendido de  literatura, por ello expuso su punto de vista sobre ésta y el periodismo.

Espada explicó las verdaderas contradicciones existentes entre el periodismo y la literatura. Por una parte, hizo referencia a la novela realista como adscrita al paradigma de la verosimilitud, “asuntos que pudieron haber sucedido pero no lo hicieron”. El discurso periodístico lleva a un pacto de veracidad en el que, según el periodista,” confiamos en que lo que nos cuenta el periódico es verdad, por lo tanto, no dudamos de que sea cierto o no”.

Otra de las cosas que resaltó fue la labor del periodista que se enfrenta cada día a hechos, los aísla, los cuenta y los presenta a los lectores. “En el periodismo convencional, se puede responder al qué, al cómo, al quién, pero nunca al por qué”, afirmó Espada.

Siguiendo con las contradicciones entre estos dos conceptos destacó la frase, varias veces repetida, “la vida no tiene sentido”. Con esta frase, Arcadi Espada aludió al mundo cerrado y perfecto que se presenta en las novelas, así como los hechos (lo real) del periodismo, los cuales no tienen ni sentido ni explicación.

Para finalizar la ponencia, el profesor señaló al periodismo como un preferente que presenta la exhibición y la convicción, y a la escritura periodística como el deber de  ser poderosa y dar las suficientes claves para atraer a los lectores.

 

PR6/NAIARA CABAÑERO

Es redactor jefe del diario Información de Elche, además de profesor en la Universidad Miguel Hernández y como no podía ser de otra manera, Fernando Ramón ofreció una conferencia en la que el interés y la atención fueron protagonistas. Y es que el periodista relató, ante la atenta mirada de estudiantes de periodismo, algunos de los aspectos más significativos del periódico en el que trabaja, así como de Prensa Ibérica (grupo al que pertenece).

Fernando Ramón habló principalmente del  planteamiento sobre el que versa el Grupo Prensa Ibérica que es ni más ni menos “hacer prensa local y acentuar al máximo la cercanía con los lectores”. Es evidente que se hace una apuesta definida por los intereses de la provincia, al igual que esta apuesta se basa en hacer un periódico de multiediciones, es decir, establecer una edición por comarca, además de las distintas delegaciones (Elche, Vega Baja, Elda, Alcoy o Benidorm). Por eso, “la apuesta sigue siendo la misma, dar la máxima información posible sobre la localidad. Queremos ser un periódico local sin olvidarnos del contexto provincial” afirmó Ramón.

Muchas son las personas que se preguntan sobre lo que le espera a la prensa impresa en un futuro, y si los periódicos locales tienen más “papeletas” para caer antes, debido a la crisis del papel. Este es un tema que Fernando Ramón tiene muy claro, y para sorpresa de muchos, lo local tiene a día de hoy más futuro que  cualquier otro periódico nacional y esto se debe a la prioridad del lector de que se le informe sobre lo  cercano o lo que más le puede afectar. De hecho, en palabras del propio Ramón: “Gran parte del futuro de la prensa está en la prensa local”.

Un tema que está a la orden del día es el auge de las nuevas tecnologías, pero sobre todo Internet. Sobre esto el periodista  dio su punto de vista alegando que “el futuro de la prensa está en los profesionales, no en las tecnologías”. Además,  Ramón afirmó que  “por muchas nuevas tecnologías que tengamos, si no se sabe jerarquizar la información, estaremos anclados en el pasado”.

PR5/NAIARA CABAÑERO

El genocidio de Ruanda o el cerco de Sarajevo son algunos de los conflictos internacionales que el periodista y escritor Alfonso Armada ha cubierto a lo largo de su vida como corresponsal.  Actualmente trabaja en el diario ABC, aunque también lo ha hecho en El País y Faro de Vigo.

Armada ha publicado libros muy interesantes sobre sus vivencias y experiencias como corresponsal, uno de los más importantes y recientes ha sido «Diccionario de Nueva York» en el que relata la historia tan terrible del ataque a las Torres Gemelas.  Lo vivió en sus propias carnes, dejándole una huella que no es nada fácil de borrar, sobre todo al ver el sufrimiento y la huida despavorida de miles de personas que fueron testigos de semejante atentado.

En la charla que ofreció ante alumnos de periodismo en la UMH, Alfonso Armada habló sobre su experiencia como corresponsal en eventos de toda índole en países africanos como El Congo, Angola, Sudán o Somalia. Hizo especial referencia al periodista polaco  Ryszard Kapuscinski así como  a sus reportajes en África y cuya biografía le parece “un libro hecho con mucho cariño”. Además admira el hecho de que Kapuscinski se diluyera entre las personas para hacer sus reportajes, siendo el mejor ejemplo de cómo conseguir las fuentes.

Pero no sólo nombró al periodista polaco, sino que también expresó su admiración hacia  Enrique Meneses, uno de los mejores periodistas de su generación, coincidiendo con el punto de vista que éste tiene sobre los corresponsales. “Enrique Meneses está en contra de los corresponsales permanentes porque cree que con el tiempo acaban perdiendo todo aquello que un periodista debe tener, que es la mirada de un niño en cuanto sale a la calle y descubre el mundo” afirmó Armada. En su opinión, Armada cree que “ los corresponsales deben estar constantemente reinventándose, ir más allá de las informaciones que llegan por agencia” además de “ mostrar su propia mirada sobre el terreno”

Esto significa que un periodista nunca debe perder la curiosidad de cada sitio al que va. Debe ser curioso por naturaleza, indagar para saber realmente cómo son las cosas y transmitirlo a la sociedad.  Por eso, para Alfonso Armada,  el hecho de que un periodista forme parte de la noticia es una de las prácticas “nocivas que en su mayoría suceden en el mundo audiovisual”, y es ahí cuando la información se acaba convirtiendo en espectáculo puro y duro, dándole por tanto más protagonismo al periodista que a las propias víctimas.

El escritor vigués también comentó el comportamiento de hoy en día de los medios, así como el uso de las nuevas tecnologías.  La acción de los medios cada vez está más vinculada al objetivo de conseguir audiencia de la forma más fácil posible, por lo que si hace falta recurrir al espectáculo barato, está claro que lo van a hacer, y eso es algo que Armada reivindicó diciendo que “a veces esas líneas estrictas entre información, entretenimiento y formación, se difuminan de forma desinteresada y peligrosa”. Respecto a las nuevas tecnologías, internet es, para Alfonso Armada  “una droga de mucha carga que si no se utiliza bien puede provocar imágenes desenfocadas del mundo”.

En definitiva, aunque tratemos de negarlo, la era de las nuevas tecnologías es más poderosa de lo que podíamos llegar a imaginar y con los años tendrá muchísima más importancia, pero lo que no podemos  negar es que el periodismo convencional  y verdadero (el de toda la vida) todavía existe y eso se lo debemos a periodistas tan grandes y profesionales como Alfonso Armada.

La primera edición impresa del periódico El País se publicó un 4 de mayo de 1976, destacando en su portada una gran cantidad de texto que dejaba en un claro segundo plano a la fotografía que muchas veces acompañaba a la noticia. En este caso era una fotografía pequeña que ni siquiera complementaba a la noticia principal. Esto se debía suponer por ser el titular principal de la portada, es decir, «El reconocimiento de los partidos políticos, condición esencial para la integración en Europa»; y por tanto el primero que leerían los lectores, al ser de un tamaño mayor al resto.
El periódico daba un aspecto serio, mostrando muchas portadas que podrían hacerse pasar por una página de interior más, como por ejemplo, «El partido comunista de España legalizado» (10 de abril de 1977).
Hasta el año 2000 El País optó por publicar fotografías en blanco y negro, aunque con el paso de los años se ha ido dando más importancia a la imagen y al titular que al texto en sí. Era lo más fácil y lo más logrado para llegar al lector de una forma rápida, que le facilitaba la lectura y le permitía interesarse sobre todo por las imágenes, que muchas veces hablaban por sí mismas.
A raíz del terrible ataque a las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, El País publicó en portada una fotografía del atentado a color y ocupando casi toda la página principal, con un titular grande y vistoso que destacara la importancia de esa noticia:
«América, atacada. Máxima alerta mundial». El color llamativo y el tamaño de la foto «obligan» al lector a leer esa noticia, ya que le llama la atención desde lejos.
La temática informativa también dio un giro de ciento ochenta grados, ya que en los primeros años de andadura, El País informaba de noticias sobre política o sobre personajes públicos vinculados a la misma. Así, con el paso del tiempo se dio más importancia también a los sucesos y a una serie de temas que interesaba a la gente en general, sin distinción de clase ni condición. Poco a poco el lector fue testigo de la publicación de noticias que cambiaron la mentalidad de una sociedad acostumbrada a los acontecimientos políticos y religiosos.
En conclusión, El País ha innovado a lo largo de estos 34 años, lo que le ha permitido crecer día tras día. El cambio de formato, el uso de fotografías grandes y a color es la clave de que este periódico ha podido «resurgir» y modernizarse con los años. Y es algo esencial, por lo que muchos otros periódicos deberían «aplicarse el cuento» para no caer en el aburrimiento de los lectores pero por encima de todo, para evitar la desaparición por completo del papel.

Son muchos los periódicos generalistas que alcanzan éxitos insospechados gracias a su audiencia  , que los sigue y los compra,como El País El Mundo,   pero existe una cara opuesta a este tipo de periódicos.
Hoy en día, la prensa local está muy solicitada por la población, y es que, ¿quién no quisiera mantenerse informado de lo que pasa a su alrededor más próximo?.

El REGISTER-STAR es un claro ejemplo de que se puede sobrevivir aún teniendo pocos recursos y confiando en los beneficios que puedan conseguir. Es un auténtico logro ver cómo después de más de doscientos años en los que lleva activo este periódico, ha podido sucumbir a los tiempos difíciles y aferrarse a seguir «en vida» ofreciendo un apetecible menú compuesto por política local, noticias sobre enseñanza, sucesos, deporte escolar e historias humanas.

La escasez de personal del REGISTER-STAR, que lo compone tan sólo  cuatro reporteros, un fotógrafo y tres personas dedicadas al deporte, conlleva a que sea más sacrificado el trabajo, ya que tienen que hacer salir un gran número de noticias diarias  y en muchas ocasiones apenas se edita. Gracias al trabajo de periodistas freelance se intenta paliar la parte negativa y obtener así más beneficios. De hecho, confiar en los beneficios, es la ética de su editor, Roger Coleman, así como despreciar cualquier tipo de donación o ayuda federal. Como presidente del REGISTER-STAR, Harold Johnson rechaza la sobreexpansión y aunque la empresa pierda dinero, confía en que las cosas puedan cambiar, a base de trabajo y optimismo.

Este tipo de periódicos locales cuentan cada vez más con la figura del periodista ciudadano, que día a día, ya sea en blogs o en páginas web e incluso en papel, participa en generar la información dejando a un lado esa conocida faceta de consumidor pasivo.

Un ejemplo de lo que ha llegado a convertirse el periodismo ciudadano es Indymedia Euskal Herria, una unión de medios independientes, pionera en el periodismo ciudadano. Su responsable, Marko Txopitea, cuenta cómo se dan a conocer contenidos que los medios convencionales se niegan a ofrecer, así como defender la libertad de expresión de cada persona que participa en su web.

Naiara Cabañero