El genocidio de Ruanda o el cerco de Sarajevo son algunos de los conflictos internacionales que el periodista y escritor Alfonso Armada ha cubierto a lo largo de su vida como corresponsal. Actualmente trabaja en el diario ABC, aunque también lo ha hecho en El País y Faro de Vigo.
Armada ha publicado libros muy interesantes sobre sus vivencias y experiencias como corresponsal, uno de los más importantes y recientes ha sido «Diccionario de Nueva York» en el que relata la historia tan terrible del ataque a las Torres Gemelas. Lo vivió en sus propias carnes, dejándole una huella que no es nada fácil de borrar, sobre todo al ver el sufrimiento y la huida despavorida de miles de personas que fueron testigos de semejante atentado.
En la charla que ofreció ante alumnos de periodismo en la UMH, Alfonso Armada habló sobre su experiencia como corresponsal en eventos de toda índole en países africanos como El Congo, Angola, Sudán o Somalia. Hizo especial referencia al periodista polaco Ryszard Kapuscinski así como a sus reportajes en África y cuya biografía le parece “un libro hecho con mucho cariño”. Además admira el hecho de que Kapuscinski se diluyera entre las personas para hacer sus reportajes, siendo el mejor ejemplo de cómo conseguir las fuentes.
Pero no sólo nombró al periodista polaco, sino que también expresó su admiración hacia Enrique Meneses, uno de los mejores periodistas de su generación, coincidiendo con el punto de vista que éste tiene sobre los corresponsales. “Enrique Meneses está en contra de los corresponsales permanentes porque cree que con el tiempo acaban perdiendo todo aquello que un periodista debe tener, que es la mirada de un niño en cuanto sale a la calle y descubre el mundo” afirmó Armada. En su opinión, Armada cree que “ los corresponsales deben estar constantemente reinventándose, ir más allá de las informaciones que llegan por agencia” además de “ mostrar su propia mirada sobre el terreno”
Esto significa que un periodista nunca debe perder la curiosidad de cada sitio al que va. Debe ser curioso por naturaleza, indagar para saber realmente cómo son las cosas y transmitirlo a la sociedad. Por eso, para Alfonso Armada, el hecho de que un periodista forme parte de la noticia es una de las prácticas “nocivas que en su mayoría suceden en el mundo audiovisual”, y es ahí cuando la información se acaba convirtiendo en espectáculo puro y duro, dándole por tanto más protagonismo al periodista que a las propias víctimas.
El escritor vigués también comentó el comportamiento de hoy en día de los medios, así como el uso de las nuevas tecnologías. La acción de los medios cada vez está más vinculada al objetivo de conseguir audiencia de la forma más fácil posible, por lo que si hace falta recurrir al espectáculo barato, está claro que lo van a hacer, y eso es algo que Armada reivindicó diciendo que “a veces esas líneas estrictas entre información, entretenimiento y formación, se difuminan de forma desinteresada y peligrosa”. Respecto a las nuevas tecnologías, internet es, para Alfonso Armada “una droga de mucha carga que si no se utiliza bien puede provocar imágenes desenfocadas del mundo”.
En definitiva, aunque tratemos de negarlo, la era de las nuevas tecnologías es más poderosa de lo que podíamos llegar a imaginar y con los años tendrá muchísima más importancia, pero lo que no podemos negar es que el periodismo convencional y verdadero (el de toda la vida) todavía existe y eso se lo debemos a periodistas tan grandes y profesionales como Alfonso Armada.