PR 7/NAIARA CABAÑERO

Si tuviéramos que diferenciar entre sí los conceptos de periodismo y literatura caeríamos en un debate amplio para defender uno u otro. Esto mismo es lo que se expuso en la I Jornada de Periodismo y Literatura en la UMH. En ella participaron entre otros, los periodistas Antonio Lucas y Arcadi Espada.

Antonio Lucas,  periodista y articulista del periódico El Mundo, habló principalmente del periodismo cultural, refiriéndose al mismo no sólo como noticias relacionadas con la cultura sino también “ un compromiso del periodista con un estilo de contar las cosas y el cuidado a la hora de contarlas”. La objetividad no es una característica del periodismo, o al menos así es como lo ve Lucas, ya  que tanto en un reportaje como en una noticia “siempre estará la perspectiva de quien escribe. Es imposible no involucrarse”.

Otra de las cosas que quiso dejar claras es el tema de Internet y la irrupción de lo digital en la sociedad. Aunque Twitter se podría ver como una fuente de trabajo, el periodista de El Mundo no cree en las nuevas tecnologías como el futuro del periodismo, pues no las ve como tal; “tanto Twitter como Facebook no es periodismo, al igual que el periodismo ciudadano tampoco lo es”.

Haciendo referencia al periodismo en sí, Antonio Lucas, tachó a las personas que aún hoy en día creen que el periodismo se basa en la compasión y el sensacionalismo, afirmando el gran número de contradicciones que conlleva este oficio: “el periodismo nunca tiene que  ser autocompasivo, sino un servicio que rinde hacia los otros. Debemos intentar mostrar esa otra parte de la realidad a la que no tenemos acceso”. Por otro lado, defendió el verdadero periodismo que “se consigue con una fuente, una exclusiva o una gran declaración que ilumina una parte de la sociedad que nos afecta a todos”. De ahí que tengamos que ir más allá de las cosas (verdadera labor del periodista) y actuar como la altavocía de la gente. El periodismo es un oficio en el que el periodista siempre tiene algo que contar y ganas de hacerlo, por lo que necesita hacer preguntas. A todo esto añadió el trabajo de Wikileaks con el que está seguro de que “el periodismo tiene mucho camino por delante”.

Después de la ponencia de Antonio Lucas, hizo su aparición el periodista catalán Arcadi Espada.

Considerado como uno de los mejores periodistas de España, Arcadi Espada, además de trabajar también en el diario El Mundo, es profesor de la Universidad de Barcelona. Es un gran entendido de  literatura, por ello expuso su punto de vista sobre ésta y el periodismo.

Espada explicó las verdaderas contradicciones existentes entre el periodismo y la literatura. Por una parte, hizo referencia a la novela realista como adscrita al paradigma de la verosimilitud, “asuntos que pudieron haber sucedido pero no lo hicieron”. El discurso periodístico lleva a un pacto de veracidad en el que, según el periodista,” confiamos en que lo que nos cuenta el periódico es verdad, por lo tanto, no dudamos de que sea cierto o no”.

Otra de las cosas que resaltó fue la labor del periodista que se enfrenta cada día a hechos, los aísla, los cuenta y los presenta a los lectores. “En el periodismo convencional, se puede responder al qué, al cómo, al quién, pero nunca al por qué”, afirmó Espada.

Siguiendo con las contradicciones entre estos dos conceptos destacó la frase, varias veces repetida, “la vida no tiene sentido”. Con esta frase, Arcadi Espada aludió al mundo cerrado y perfecto que se presenta en las novelas, así como los hechos (lo real) del periodismo, los cuales no tienen ni sentido ni explicación.

Para finalizar la ponencia, el profesor señaló al periodismo como un preferente que presenta la exhibición y la convicción, y a la escritura periodística como el deber de  ser poderosa y dar las suficientes claves para atraer a los lectores.

 

PR 7  21.12.2010 / ADOLFO GARCÍA SAMPER

El debate acerca de la relación entre periodismo y literatura es un asunto difícil de dirimir. Quizá por considerar demasiado heterogéneos los vínculos que unen a estas dos disciplinas, muchas veces se ha evitado realizar estudios detallados al respecto. El tema, sin embargo, no deja de suscitar un gran interés, amén de plantear algunas cuestiones fundamentales. Y es que, ¿resulta conveniente que el periodismo y la literatura se relacionen?

Arcadi Espada, renombrado periodista multimedia del diario EL MUNDO, enumeró, durante su intervención en la Jornada sobre Periodismo y Literatura celebrada en la Universidad Miguel Hernández del Elche, las cualidades de ambas materias. No cree, sin embargo, que la literatura repercuta positivamente en el periodismo. Existen diferencias que impiden una convergencia entre sus elementos característicos. Por un lado (y esto resulta obvio), una novela, por muy realista y detallada que pueda parecer, es ficción, mientras que al periodismo sólo le importan los hechos; por otro, el redactor de noticias no puede pretender explicar el porqué de los acontecimientos, tal y como haría un escritor que comprende hasta el más mínimo detalle del mundo creado por él mismo. Es por esto que la buena práctica periodística debería, a su parecer, distar mucho de la literaria.

Por otro lado, Arcadi Espada se presenta como un acérrimo defensor de la objetividad, todo lo contrario que Antonio Lucas, articulista del diario EL MUNDO y poeta, quien asegura que la imparcialidad no existe. En su opinión, el periodismo, que empieza a habituarse a las nuevas herramientas digitales, requiere más que nunca profesionales capaces de cosechar información fiable y contrastada y utilizar el lenguaje con el máximo rigor.

En cuanto a twitter, facebook y el famoso periodismo ciudadano, Antonio Lucas lo tiene claro: no son periodismo de verdad. ¿Y Wikileaks? Para el autor de Los Mundos Contrarios el portal web de Julian Assange ha supuesto una de las revoluciones más importantes de los últimos años, una lección clara de que el periodismo debe trascender todas las barreras y mirar más allá de lo que normalmente imponen las altas esferas del poder.

En definitiva, el periodista ha de pelear por la información hasta caer rendido si es necesario, respetar el lenguaje y, sobre todo, no fabular.

PR 7 21.12.2010 / NOELIA ORTS

El eterno debate acerca de literatura y periodismo se dio una vez más en las aulas de la Universidad Miguel Hernández.

Literatura o periodismo, he ahí la cuestión.

La línea existente entre ambos elementos es muy delgada. La novela de Truman Capote o Javier Cercas fueron algunos de los ejemplos utilizados por Arcadi Espada, uno de los principales ponentes. “A sangre Fría” y “Soldados de Salamina”, obras de “non fiction”, tienen como principal elemento los acontecimientos reales junto a las técnicas novelescas. El término “relato real” fue acuñado por Truman Capote y apareció por primera vez con la publicación de “A sangre Fría”.

Antonio Lucas y Arcadi Espada expresaron su opinión sobre los límites que separan periodismo y literatura.

jAntonio Lucas es licenciado en Periodismo. Actualmente trabaja como redactor de cultura en el diario “El Mundo” y ha publicado varios libros de poesía: “Antes del mundo”, “Lucernario” y “Las Máscaras”.

Lucas en su intervención destacó la responsabilidad que tienen los periodistas con sus artículos. “Hay que tener un compromiso profesional con el estilo y cuidar la forma de contar las cosas, hay cierta dejadez en la redacción de algunas noticias.” Azorín, Larra, Umbral y Rosa Montero fueron expuestos por el ponente como ejemplo de grandes profesionales. “Umbral destacaba por su originalidad en la exposición de ideas.” El respeto por las palabras fue un elemento clave en su intervención, Lucas en todo momento hizo especial hincapié en el respeto por la profesión periodística y por el buen uso del lenguaje.

Defendió, además, el derecho del periodista a preguntar en las ruedas de prensa y mencionó al género de la entrevista como un género vivo de interacción. “Te conviertes en un ser permeable al drama del otro”

Por último criticó las redes sociales como Twitter y Facebook. “Twitter es una herramienta, no un todo”. Puesto que considera que las redes sociales se han convertido últimamente en las únicas fuentes de información para el usuario, que se conforma con un titular de seis palabras.

jPor otro lado Arcadi Espada, columnista de ‘El Mundo’ y profesor en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, dio una clase magistral sobre las diferencias entre periodismo y literatura. “La literatura es una infección para el periodismo”. Dos fueron los principales argumentos que apoyaron dicha afirmación.

El paradigma de la veracidad es el argumento número uno. Según Espada “Al periodismo le basta con que los sucesos se hayan producido”. Esta afirmación por lo tanto sería el eje contradictorio entre literatura y periodismo, puesto que en los periódicos se relatan hechos reales mientras que en las novelas realistas se narra “algo que pudo haber sucedido pero no sucedió”. El Quijote fue el ejemplo nombrado.

El porqué de las cosas fue otro de sus argumentos. Explicó que un periodista no está obligado a dar un porqué, puesto que esto “ha llevado a la tragedia a muchos de ellos” y no siempre es posible. Un escritor de novela sin embargo como narrador omnisciente conoce todos los hechos.

La tarea del periodista comenzará por lo tanto en el punto en el que investigue los porqués, sin embargo no siempre hay respuestas para todo.

La estrecha línea que separa a la literatura del periodismo es un debate abierto en el que ni novelistas ni periodistas se han puesto de acuerdo para definir los límites. Y de ese debate el pasado miércoles, 15 de diciembre,  se habló en las ponencias sobre periodismo y literatura en la Universidad Miguel Hernández. Antonio Lucas o Arcadi Espada fueron algunos de los ponentes que charlaron con alumnos de periodismo y dieron sus puntos de vista sobre el tema.

El catalán Arcadi Espada de 53 años escribe en el diario El Mundo y da clases de Periodismo en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Además tiene varios libros publicados entre ellos Dietario de posguerra, El terrorismo y sus etiquetas o Periodismo práctico. Con lo cual tiene una experiencia y amplios conocimientos sobre el tema.

Espada intentó concretar las diferencias que separan al periodismo de la literatura. El periodista cuenta los hechos que suceden, por lo tanto “todo lo que sucede es materia de periodismo”. Dicho esto, el periodista no puede responder al porque de las cosas, pueden haber miles de respuestas para explicar un mismo hecho. Por el contrario en la literatura todo pasa por algo. La estructura de las historias esta ordenada y todas tienen un punto y final. Asimismo,  critica al narrador omnisciente que todo lo ve, que conoce hasta el último detalle de los personajes y sabe lo que va a pasar. En el periodismo hay muchos datos que no conocemos. Es entonces cuando comienza el trabajo del periodista,  la investigación de los “porques”, aunque sea algo que en pocas ocasiones se hace.

En el periodismo se “narra todo lo que ha sucedido”  aparece el paradigma de la veracidad, que coge más fuerza en el periodismo que en la literatura. La influencia de la literatura provoca que los periodistas aspiren a cerrar todas las posibilidades. Autores como Truman Capote o Tom Wolf pensaron que los protagonistas de las noticias tienen el mismo valor que los  personajes de cuento, el catalán cree que esto es estúpido, ya que no se pueden aplicar las mismas reglas para la literatura que para el periodismo.

Por otro lado, Antonio Lucas cree que el periodismo no puede ser objetivo. Afirma:  ”es imposible no involucrarse en lo que escribimos” . Es Licenciado en Periodismo, articulista cultural y periodista en el diario El Mundo desde el año 1996, también es poeta Antes del mundo, Lucernario o el libro Los mundos contrarios son algunos de sus escritos.

Lucas ve el periodismo como un oficio en el que hay que buscar, ya que el periodista necesita hacer preguntas, siempre tiene algo que contar y ganas de hacerlo. Pone el ejemplo de Wikileaks para “ir más allá” de lo que vemos.

Internet fue otro de los temas a los que hizo mención, “hay que empezar a pulir para ver que se puede llegar a hacer con él” aseguró el periodista.  El poeta cree que tiene muchas posibilidades de convertirse en un espacio contra sistema que está provocando dejadez por parte de los profesionales debido a la evolución del medio. Aunque señaló que Twitter es el primer paso como fuente de trabajo. No obstante, debido a tanto adelanto los periodistas actuales tiene la presión de ser siempre los primeros, sin pensar en el contenido. Antonio Lucas cree que es mejor ser el segundo y hacerlo bien. Da un consejo para los futuros periodistas: “No ceder al eslogan barato ni caer en la opinión generalizada”.

Finalizó su ponencia lanzando una pregunta a los presentes: ¿Qué creéis que le falta al periodismo? En próximas conferencias con periodistas ejemplares esperamos obtener la respuesta.

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Es redactor jefe del diario Información de Elche, además de profesor en la Universidad Miguel Hernández y como no podía ser de otra manera, Fernando Ramón ofreció una conferencia en la que el interés y la atención fueron protagonistas. Y es que el periodista relató, ante la atenta mirada de estudiantes de periodismo, algunos de los aspectos más significativos del periódico en el que trabaja, así como de Prensa Ibérica (grupo al que pertenece).

Fernando Ramón habló principalmente del  planteamiento sobre el que versa el Grupo Prensa Ibérica que es ni más ni menos “hacer prensa local y acentuar al máximo la cercanía con los lectores”. Es evidente que se hace una apuesta definida por los intereses de la provincia, al igual que esta apuesta se basa en hacer un periódico de multiediciones, es decir, establecer una edición por comarca, además de las distintas delegaciones (Elche, Vega Baja, Elda, Alcoy o Benidorm). Por eso, “la apuesta sigue siendo la misma, dar la máxima información posible sobre la localidad. Queremos ser un periódico local sin olvidarnos del contexto provincial” afirmó Ramón.

Muchas son las personas que se preguntan sobre lo que le espera a la prensa impresa en un futuro, y si los periódicos locales tienen más “papeletas” para caer antes, debido a la crisis del papel. Este es un tema que Fernando Ramón tiene muy claro, y para sorpresa de muchos, lo local tiene a día de hoy más futuro que  cualquier otro periódico nacional y esto se debe a la prioridad del lector de que se le informe sobre lo  cercano o lo que más le puede afectar. De hecho, en palabras del propio Ramón: “Gran parte del futuro de la prensa está en la prensa local”.

Un tema que está a la orden del día es el auge de las nuevas tecnologías, pero sobre todo Internet. Sobre esto el periodista  dio su punto de vista alegando que “el futuro de la prensa está en los profesionales, no en las tecnologías”. Además,  Ramón afirmó que  “por muchas nuevas tecnologías que tengamos, si no se sabe jerarquizar la información, estaremos anclados en el pasado”.

PR5/NAIARA CABAÑERO

El genocidio de Ruanda o el cerco de Sarajevo son algunos de los conflictos internacionales que el periodista y escritor Alfonso Armada ha cubierto a lo largo de su vida como corresponsal.  Actualmente trabaja en el diario ABC, aunque también lo ha hecho en El País y Faro de Vigo.

Armada ha publicado libros muy interesantes sobre sus vivencias y experiencias como corresponsal, uno de los más importantes y recientes ha sido «Diccionario de Nueva York» en el que relata la historia tan terrible del ataque a las Torres Gemelas.  Lo vivió en sus propias carnes, dejándole una huella que no es nada fácil de borrar, sobre todo al ver el sufrimiento y la huida despavorida de miles de personas que fueron testigos de semejante atentado.

En la charla que ofreció ante alumnos de periodismo en la UMH, Alfonso Armada habló sobre su experiencia como corresponsal en eventos de toda índole en países africanos como El Congo, Angola, Sudán o Somalia. Hizo especial referencia al periodista polaco  Ryszard Kapuscinski así como  a sus reportajes en África y cuya biografía le parece “un libro hecho con mucho cariño”. Además admira el hecho de que Kapuscinski se diluyera entre las personas para hacer sus reportajes, siendo el mejor ejemplo de cómo conseguir las fuentes.

Pero no sólo nombró al periodista polaco, sino que también expresó su admiración hacia  Enrique Meneses, uno de los mejores periodistas de su generación, coincidiendo con el punto de vista que éste tiene sobre los corresponsales. “Enrique Meneses está en contra de los corresponsales permanentes porque cree que con el tiempo acaban perdiendo todo aquello que un periodista debe tener, que es la mirada de un niño en cuanto sale a la calle y descubre el mundo” afirmó Armada. En su opinión, Armada cree que “ los corresponsales deben estar constantemente reinventándose, ir más allá de las informaciones que llegan por agencia” además de “ mostrar su propia mirada sobre el terreno”

Esto significa que un periodista nunca debe perder la curiosidad de cada sitio al que va. Debe ser curioso por naturaleza, indagar para saber realmente cómo son las cosas y transmitirlo a la sociedad.  Por eso, para Alfonso Armada,  el hecho de que un periodista forme parte de la noticia es una de las prácticas “nocivas que en su mayoría suceden en el mundo audiovisual”, y es ahí cuando la información se acaba convirtiendo en espectáculo puro y duro, dándole por tanto más protagonismo al periodista que a las propias víctimas.

El escritor vigués también comentó el comportamiento de hoy en día de los medios, así como el uso de las nuevas tecnologías.  La acción de los medios cada vez está más vinculada al objetivo de conseguir audiencia de la forma más fácil posible, por lo que si hace falta recurrir al espectáculo barato, está claro que lo van a hacer, y eso es algo que Armada reivindicó diciendo que “a veces esas líneas estrictas entre información, entretenimiento y formación, se difuminan de forma desinteresada y peligrosa”. Respecto a las nuevas tecnologías, internet es, para Alfonso Armada  “una droga de mucha carga que si no se utiliza bien puede provocar imágenes desenfocadas del mundo”.

En definitiva, aunque tratemos de negarlo, la era de las nuevas tecnologías es más poderosa de lo que podíamos llegar a imaginar y con los años tendrá muchísima más importancia, pero lo que no podemos  negar es que el periodismo convencional  y verdadero (el de toda la vida) todavía existe y eso se lo debemos a periodistas tan grandes y profesionales como Alfonso Armada.


PR 8 16.12.2010 / NOELIA ORTS
Últimamente he oído decir que los periodistas son una panda de mentirosos, que sólo dicen tonterías o que tergiversan la realidad a su antojo, muchos de esos a los que se refieren como periodistas ni siquiera lo son, en el caso televisivo se les suele llamar colaboradores, a otros sería mejor llamarlos payasos, sin embargo no pretendo desviarme del tema principal.

Tengo la impresión de que en el S.XXI la profesión de periodismo es considerada por una parte de la población como un chiste,  pero si los periodistas ya tienen complicado sobrevivir entre tanto intrusismo laboral, pseudo profesionales y otro tipo de virus, si además de ello nos ponemos la zancadilla entre los de nuestro gremio no queda nada.

Stephen Glass es un claro ejemplo del tipo de virus al que me refiero, se trató en su momento de un prestigioso ‘periodista’ que trabajó para la revista norteamericana The New Republic, tiempo después se descubrió que la mitad de sus artículos eran completamente falsos, sin embargo citas, fuentes y acontecimientos se convirtieron en otras  de las víctimas que este ingenioso y joven fabulador dejó a su paso en el mundo del periodismo.

Elementos como este, o como Jayson Blair no hacen ningún favor a nuestra profesión. Blair trabajó como redactor para el New York Times y durante cuatro años se dedicó a plagiar e inventar.

Quiero creer que Glass, en su momento, no pensó en el precio que acabaría pagando debido a sus artes creativas, aunque tal vez me equivoque al hacer tal suposición. Stephen Glass posiblemente tan sólo buscó en aquella época un poco de fama gracias a sus ‘fantásticos’ artículos; ¿mi conclusión? La  consiguió. En El precio de la verdad, film que se estrenó en el año 2003, se narraron sus aventuras y desventuras, en él además se  logró reflejar la cara oculta de Glass.

Si no existieron fuentes reales, no existieron citas ni  tampoco historias, yo me pregunto ¿que tenían de periodismo sus escritos?

Para finalizar citaré una breve y obvia definición acerca del periodismo: «El periodismo es una actividad que consiste en recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información relativa a la actualidad. Para obtener dicha información, el periodista debe recurrir obligatoriamente a fuentes verificables o a su propio testimonio.»

Esperemos que esta definición se mantenga como tal por muchos años.

PR8 16.12.2010 / ADOLFO GARCÍA SAMPER

El precepto básico y esencial del periodismo es el respeto inquebrantable hacia las fuentes informativas. Al transgredir dicho precepto se incurre, por tanto, en un delito de lesa profesión. De acuerdo con esta premisa, para que el periodista pueda desempeñar una tarea lícita es necesario: 1) que observe la realidad en toda su amplitud, sin rehusar el más mínimo detalle; 2) que mantenga un estrecho y perseverante vínculo con sus contactos y fuentes potenciales, y 3) que no invente, bajo ningún concepto, datos, declaraciones y hechos. Si alguien no acepta estas pautas, mejor que se dedique a otra cosa; la literatura, por ejemplo, le iría bien.

Aunque en principio la lección parece estar aprendida e incluso puede sonar obvia, la historia, por desgracia, se halla repleta de incidentes en los que la desidia terminó infringiendo un severo daño al periodismo. Estados Unidos nos ha brindado algunos de los más célebres escándalos. La tierra de la libertad es, sin duda, la cuna de algunos de los mejores periodistas del mundo, cuenta con innumerables publicaciones de elevado prestigio y se ha erigido como el epicentro de las transformaciones en la profesión a lo largo del siglo XX. Pero también allí se han registrado muchas de las estafas que hoy sirven de advertencia a las nuevas generaciones de periodistas. Casos como el de Janet Cooke, que inventó a un niño heroinómano de ocho años llamado Jimmy, o Patricia Smith, despedida del diario The Boston Globe por su tremenda afición a fabular, componen un largo expediente de fraudes periodísticos.

Stephen Glass

Stephen Glass, antiguo reportero de la prestigiosa revista The New Republic, protagonizó el que fuera, bien por la magnitud de sus engaños (según informes de TNR, al menos 27 de los 41 artículos publicados por Glass contenían datos falsos), bien porque los acontecimientos tuvieron lugar en los albores de la era del periodismo digital o bien por el hecho de que sus peripecias inspiraran la película El precio de la verdad, uno de los affaires con mayor repercusión en el mundo. Sea como fuere, el caso Glass dejó patente la ingenuidad de algunos editores y la ineficacia de los filtros en la redacción; pero también encumbró a buenos periodistas como Adam Penenberg, el hombre (por entonces reportero de Forbes) que logró, gracias a internet, desenmascarar los engaños de Glass.

Pero, ¿qué causas motivan esta clase de delitos? ¿Qué mueve a un periodista a inventar fuentes y contar mentiras? Quizá la competencia cada vez más feroz y siempre enfocada a la eterna búsqueda de beneficios, o mejor dicho, de fortunas; la celeridad con que se debe elaborar la información, que apenas otorga un respiro; el apostar por el espectáculo y el entretenimiento, todo ello puede acarrear presiones en ocasiones insostenibles para el periodista. Ya por las ansias de gloria, ya por desazón y estrés, ya por peculiaridades idiosincrásicas (Glass afirmó que engañaba para preservar su estima), de vez en cuando aparece un periodista que vulnera las leyes sagradas. Cualquier pretexto, sin embargo, no exime de culpa. La omisión, el plagio o las invenciones repercuten muy negativamente en el periodismo y echan por tierra los nobles valores de esta humilde profesión. Los auténticos periodistas deben consagrarse a la verdad y saber que sin fuentes el periodismo está muerto.

Titulares

Sin verdad no hay periodismo

A Glass le perdieron sus ansias de gloria

Adam Penenberg defiende el periodismo y desenmascara al farsante

Stephen Glass pretendía ser amado

The New Republic ve perjudicada su imagen

De 41 artículos publicados por Stephen Glass, al menos 27 contenían material ilícito.

El caso Glass inspira una película recomendada para todos los amantes del periodismo

Stephen Glass arruina su reputación y traiciona los valores periodísticos

Adam Penenberg reivindica el periodismo en la red

Internet descubre el fraude



El diario información, periódico más leído en nuestra provincia, es el referente para los estudiantes de periodismo. Todos los expertos coinciden en que el buen periodismo pasa por lo local. Uno de esos expertos, Fernando Ramón visitó las aulas de la Universidad Miguel Hernández para hablarnos de todo ello. Él es el redactor jefe del Información.

Se tiende a pensar que el periodismo local en ocasiones es mucho más fácil de realizar por la accesibilidad que tenemos a las fuentes. Según Fernando Ramón esto no es así, el periodismo de cercanía es mucho más complicado que el que se realiza en las grandes redacciones nacionales. Cuando nosotros hablamos de alguien en un periódico estamos totalmente expuestos a las críticas obviamente, pero si esas críticas las realiza el vecino del 5º que resulta que es concejal en el ayuntamiento esas críticas pasan a lo personal. Ya sea bueno o malo lo que digamos, la relación es difícil de llevar con personas con las que nos tenemos que ver todos los días.

A pesar de todo esto, el periodista debe hacer bien su trabajo. Con objetividad y haciendo todo lo posible por enterarse de lo que ocurre a su alrededor. Luego llega lo más complicado dejar a un lado los afectos personales para contar las noticias claramente. Y es que aunque se piense que con la tecnología basta, sin los valores humanos de los periodistas no sería posible seguir avanzando.

Internet fue otro de los temas de los que habló el redactor. En estas cuestiones Prensa Ibérica anda un poco atrasada. Ramón opina que no obstante, sin la jerarquización de las noticias para que los lectores sepan cuáles son las más importantes, “estamos anclados en el pasado” por muy buen diseño de webs que se haga… etc.

La apuesta por lo local siempre ha sido el objetivo del Información, ahora más que nunca lo está demostrando, con la creación de nuevas secciones como Alcoy, Elda o Vega Baja.

El pasado 24 de noviembre el periodista Alfonso Armada, corresponsal de ABC, presentó su último libro: Diccionario de Nueva York, en la Universidad Miguel Hernández. En una clase conferencia con los estudiantes de Periodismo, donde nos habló del “oficio más bonito del mundo”.

La charla versó sobre la importancia del periodista en los conflictos bélicos y de sus experiencias como corresponsal en Nueva York, Ruanda, o Sarajevo. Compartió vivencias con Ramón Lobo, Gervasio Sánchez o Pérez Reverte. Y es que Armada es de esos pocos que todavía conservan un bolígrafo y una libreta en el bolsillo. En su último libro, Diccionario de Nueva York, cuenta su experiencia como corresponsal el 11-S. Narra cómo fue todo aquello vivido en sus propias carnes, cómo se introdujo entre la masa de gente que corría despavorida huyendo de la matanza, en palabras de Armada : “el periodista tiene que sumarse a los protagonista como uno más.”

“Cuando el periodista se convierte en el protagonista es que algo va mal” afirmó con contundencia el periodista al hablar de los últimos conflictos bélicos que han asolado el mundo. El más cercano ha sido el caso del conflicto en el Sahara donde varios periodistas fueron apresados por las fuerzas de seguridad del país. Es en estos casos donde la noticia pasa a ser otra, un espectáculo mediático en el que todo se torna artificial, donde las víctimas quedan olvidadas. Por ello afirma que el periodista no deber ser un simple correo de información entre protagonistas y los espectadores, el periodista de verdad tiene que saber adentrarse para ver realmente como son las cosas.

Alfonso Armada dio una clase magistral en la que demostró que el buen periodismo de calidad y con valores es posible.